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    “No creo que Scioli sea el kirchnerismo bueno”


    8 de junio de 2012

    El diputado porteño mantuvo un perfil bajo hasta que estalló el conflicto por el subte, en el que salió a defender la postura del GCBA contra el Gobierno nacional. Dice que el sistema de subsidios implementado por los K es “sinónimo de corrupción” y que “hacerse cargo del servicio ahora sería hacerse cómplice”.



    “Tengo costumbres de viejo”, adelanta el legislador todoterreno Alejandro García (45) apenas arranca la entrevista de contratapa con Noticias Urbanas. Y aclara: “Me gusta leer el diario en los bares”. Costumbre de jubilado si las hay, el bar en cuestión queda sobre la calle Mendoza, en el barrio de Parque Chas, donde vive con su mujer y sus dos hijas.

    Aunque acompaña a Mauricio Macri desde que el jefe porteño empezó en la política (“tenía mis prejuicios con Mauricio, como mucha gente”, confiesa, pero “ya en 2003 estaba convencido”), siempre mantuvo un extremo bajo perfil, hasta que se desató la polémica por el traspaso del subte. Entonces, la cara de García empezó a verse en algunos programas políticos. Se transformó en uno de los legisladores que defendió mediáticamente la posición del macrismo, participando de debates televisivos con legisladores K.

    Su perfil, además de bajo, es el de un técnico. Está especializado en derecho administrativo y, desde ese lugar, acompañó a Néstor Grindetti en la Secretaría de Legal y Técnica del ministerio de Hacienda. “Cuando trabajaba con Néstor, en el Ejecutivo, me traían todos los días dos changuitos de expedientes (esos changuitos donde se cargan los cajones de gaseosa): era una locura".

    Además, fue secretario parlamentario del bloque de Compromiso para el Cambio durante la gestión de Gabriela Michetti, y sin pudores se declara un “michetto” convencido.

    Fue Michetti la que presionó para incluirlo en la lista de candidatos porteños, en las elecciones de 2009. Desde entonces, ocupa una banca en la Legislatura y se especializó en seguridad.

    En esta etapa participa de siete comisiones y tiene una estrecha ligazón política con Fernando De Andreis, el jefe del bloque Pro.

    NU–¿Por qué es un michetto?

    AG–Porque comparto la visión de la política de Gabriela y también sus valores. Por otra parte, entiendo que exista una lucha por el poder, pero más allá de eso, las líneas dentro de los partidos, que se expresan en internas tan pequeñas, no llevan a ninguna parte. Prefiero decir entonces que me identifico con la mirada de Gabriela sobre la gestión.

    NU–Supongo que será de los que prefieren que Michetti juegue políticamente en la Capital.

    AG–Sin ninguna duda; para el proyecto presidencial de Mauricio cada distrito es importante, y hay que buscar los mejores candidatos en cada uno de ellos. Gabriela tiene que jugar en la Ciudad; fue la vicejefa. Plantear otra cosa es una incongruencia.

    NU–¿Cómo sigue el traspaso del subte y por qué Macri demora tanto una decisión?

    AG–A esta altura, hacerse cargo es hacerse cómplice. Nosotros hemos actuado de buena fe, tanta que nos acusan de ingenuos. Y si algo nos enseñó la forma en que se pretendió hacer el traspaso, es que no se puede actuar de buena fe con este Gobierno nacional.

    NU–Pero en el medio están los usuarios, que un gobernante como Macri debería priorizar.

    AG–Los primeros que no piensan en la gente son ellos (por el Gobierno nacional). A esa administración lo único que le importa es la competencia por quién es el más malo de la película. Y la otra preocupación que tienen es que les cierren los números: se pensó en la transferencia con el único objetivo de ahorrar 1.200 millones de pesos. Nunca pensaron en los subtes ni controlaron a la empresa hasta que no les cerraron las cuentas. Mientras transferían subsidios, la empresa se había comprometido a la ejecución de obras por 1.000 millones de dólares: esas obras nunca se hicieron y ellos jamás las controlaron. El esquema de subsidios al transporte controlado por (Julio) De Vido, (Ricardo) Jaime y (Juan Pablo) Schiavi es sinónimo de corrupción. En estos nueve años, nunca pensaron en los trenes hasta que murieron 51 personas.

    NU–Se especializa en seguridad, ¿qué piensa de la teoría que liga la inseguridad con la desigualdad social?

    AG–No creo que haya más delito en la pobreza o que por pertenecer a una determinada clase social haya más propensión a delinquir.

    NU–Pero la cárcel está llena de pobres.

    AG–En todo caso es una falla del sistema penal y de una Justicia permeable a la influencia del poder político. Hay delitos en toda clase social, solo que por la Justicia que tenemos, sobre todo la del fuero federal, cuesta más meter presos a los poderosos. ¿Quién fue preso por corrupto? Solo María Julia (Alsogaray). No recordamos ningún otro caso donde uno pueda pensar que el robo de cuello blanco pueda llegar a tener consecuencias.

    NU–Desde que anunció sus ambiciones presidenciales, Daniel Scioli repuntó en imagen en Capital. ¿No complica eso a Macri y a sus propias ambiciones?

    AG–Es difícil usar la foto de hoy para proyectar lo que podría pasar en 2015. Falta mucho. Por otra parte, no creo en la idea de un kirchnerismo bueno encarnado por Scioli. Entiendo que él tiene otros modales, otras formas, y eso en política es importante, pero ha sido y es una pieza clave del gobierno de Cristina Kirchner. Y avaló todas y cada una de sus políticas. Difícilmente nos pueda convencer de que él no tuvo nada que ver con estos nueve años de gestión. Él y Cristina son lo mismo. Por otra parte, no vi en las encuestas tanta diferencia entre Macri y Scioli, más o menos marchan parejos.

    NU–Bueno, precisamente, Scioli le “roba” electorado a Macri porque tienen la misma clientela. ¿Cree que podría haber una alianza?

    AG–Scioli es parte de un armado opositor. Y en caso de pensar en una alianza alguno tendría que bajar sus aspiraciones presidenciales. Macri definitivamente no lo va a hacer. Y todo indica que Scioli tampoco.

Alejandro García